lunes, 9 de julio de 2012

Europe: Bag of bones


Es curiosa la cantidad de años que tuvieron que pasar para que Europe diera un concierto nuevamente en nuestro país, siendo una banda del recuerdo con canciones nostálgicas y que todos han escuchado algún hit por ahí. En 1990 se presentaron por primera vez en el Festival de Viña del Mar y recién en 2009 fue el reencuentro con los chilenos, donde asistieron algunos cuarentones como también generaciones más recientes. 
Pero ahora Europe está firme y consolidado, pasaron por la crisis de los noventa y sufrieron separaciones, pero en 2004 se reunieron y volvieron con más garra que nunca, y desde ese entonces se han mantenido vigentes, y ya han publicado cuatro discos de estudio.
Quizás había que refrescarle la memoria a los fans, pero Chile valoró eso y ahora no deja pasar ningún tour de los suecos. Por lo mismo para el 27 de septiembre está fijada la cuarta presentación en el Teatro Caupolicán quienes promocionarán su cuarto álbum de estudio Bag of bones (2012), una producción que promete mucho rock, volviendo de una manera a sus raíces de 1983 donde las baterías y las guitarras eran rápidas y sin darle mucho espacio a la melodía.
Se podría decir que este es uno de los discos más maduros de la banda, a pesar de que obviamente están establecidos en la escena musical, Bag of bones es un álbum de antaño, que lo escuchas y te da nostalgia de lo que fue Europe en sus comienzos, como una especie de reencuentro con ellos mismos. Es anecdótico porque el single Not supposed to sing the blues, habla precisamente con no mirar hacia atrás con lo que uno haya hecho como cantar canciones melancólicas o recordar viejas bandas de rock & roll, al contrario, siempre tener la frente en alto produciendo o componiendo en el caso de los músicos.
La canción Firebox comienza con harta masa de batería y mucha distorsión de guitarras, un poco parecido con lo que hizo Dream Theater incluyendo el teclado medio sicodélico y arreglos instrumentales indios, que me recordó mucho a Home de Scenes from a memory de 1999.
Drink and smile es la única que se diferencia del resto del disco, siendo una composición de tres notas y que dura dos minutos veinte. Este tema nos cuenta sobre los engaños del alcohol, sus "beneficios" de adoptar una personalidad más canchera, pero que simplemente es un estado que dura horas, y que después se vuelve a la realidad de cada uno. Es una canción irónica pero se adecúa a la composición general del álbum, que es un disco con letras tristes, un poco deprimente, tomando la vida como un peso muerto, tal como lo dice el tema central: un costal de huesos.







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